Cuando llegó Nicolás al estudio, enseguida me di cuenta que iba a hacer una increíble nota en la cual seguro iba a terminar llorando de la emoción. Su atuendo expresaba humildad y su forma de hablar tranquila y calma, una energía colmada de amor por el prójimo, se notaba que amaba lo que hacía y que realmente es una persona pura por dentro.
Oriundo de Bahía Blanca, donde desde muy chico, se interesó en ayudar a los demás. Con sus palabras: “lo llevo desde chico: estar cerca de mi familia, de mis abuelos, de los hermanos de mis abuelos, que siempre ayudaba haciendo los mandados. Siempre me ponía feliz que una acción mía, una actividad mía ayudara a alguien a que viviera un poco mejor”.
No sorprende al saber que su tesis para la universidad fue un proyecto humanitario. Nicolás lo explica de esta manera: “desarrollé un sistema para asistir a poblaciones que fueron afectadas por desastres naturales o desplazadas por conflictos bélicos. Y la idea era eso, asistirlos inmediatamente después de un momento de la vida, que se perdió todo. Todo el trabajo de toda su vida. Muchos pierden sus familiares. En ese momento tan duro de la vida, que llega una asistencia inmediata: esa misma noche donde refugiarse. Donde dormir con dignidad. Para mí, era fundamental y claramente cuando lo pensé, lo diseñé en forma local. Con problemas que habían pasado acá en Argentina”. Lo llamó Cmax System, una residencia transportable que mide unos pocos metros y al desplegarse, puede abarcar hasta 10 personas en su interior.
Lo que no se esperaba es que trascendiera nuestras fronteras y llegará a países muy lejanos. Con mucha humildad, me cuenta: “con el pasar de los años, tuve la posibilidad de presentarlo en reuniones de Naciones Unidas, y ahí es donde empieza a tener una visualización más humanitaria”.
Una frase que sintetiza todo su crecimiento es: “la agencia humanitaria más importante del mundo dijeron: `esto va a dignificar la vida de millones de personas’”. Con toda naturalidad, luego me cuenta, que lo invitaron a presentar su proyecto con fines humanitarios en una reunión específica en Washington. Y así es que, cargó con su tesis universitaria de 12 años atrás, con pocas expectativas de tener éxito hacia el país del norte.
Su camino recién empezaba, ya que de ahí se impulsó su proyecto y lo presentó en la Sede Central de Naciones Unidas en New York, en las asambleas generales y en varios lugares más. Escuchar toda la historia de un compatriota que logró llegar hasta las Naciones Unidas, es imposible no emocionarse.
La vida lo llevó a España, donde siguió el camino del diseño y desarrollo de nuevos productos y obras de arquitectura para diferentes compañías y gobiernos. En el 2015, se encontró con otro de los grandes argentinos de nuestros tiempos: Papa Francisco. El cual le dió la bendición por todos lo logros obtenidos hasta el momento.
Desde 2012 es fundador y presidente de Fundacionar y gracias a ello, han desarrollado proyectos por toda Argentina y Latinoamérica. Años más tarde, se instaló en Washington DC con Cmax System como corporación de bien público y a él, le otorgaron la residencia permanente por considerarlo una “mente brillante” de Argentina.
Su camino sigue. Ahora, se lo puede encontrar como asesor de las Naciones Unidas y de varios gobiernos.